28 ¤/m2

La fachada urbana [ Sup. 266.269 m2 ]

El primero de los objetivos del parque debe ser el de proveer a los habitantes del entorno de un espacio para el esparcimiento suficientemente próximo y cómodo como para facilitar su uso muy frecuente, por ejemplo, diario; ya que esta necesidad de esponjamiento y disfrute del aire libre no pueden satisfacerla las calles ni corredores por sus limitaciones dimensionales, de continuidad y soleamiento.

Se propone concentrar este uso a lo largo de las fachadas del parque que están en contacto con el tejido residencial, disponiendo una ladera ajardinada de entre 60 y 80 metros de profundidad con suave pendiente hacia la acera que garantice unas condiciones de seguridad óptimas, además de un acceso lo más próximo y equidistante posible desde cualquier punto del barrio.

Este extenso corredor de contacto con la ciudad contiene caminos, praderas de césped, vegetación decorativa, y está salpicado del equipamiento lúdico frecuente: deportivo, juego de niños, huertos urbanos, etc., para cuya selección, ubicación y diseño se propone arbitrar, en la medida en que sea posible, un sistema de participación vecinal que pueda prolongarse en el tiempo en el establecimiento de las condiciones de mantenimiento, modificación de programas e instalaciones, organización de eventos, etc.

El borde sur, en relación con la ampliación de IFEMA y los principales accesos viarios al parque y al Arboretum, se propone como una continuidad de este escenario con la sustitución de los equipamientos lúdicos por aparcamiento para automóviles y autocares.

14 ¤/m2

El campo [ Sup. 325.421 m2 ]

El lado oeste del parque , en contacto con el bosque fluvial que acompaña de norte a sur la vía pecuaria, puede presentar una seria dificultad en términos de seguridad por la baja ocupación nocturna previsible; conflicto que se extiende también, por desde este borde oeste deshabitado, sobre el propio centro del parque hasta amenazarlo en su totalidad con la solución del vallado y cierre nocturno, recurso que es pensable para un equipamiento de escala metropolitana como el Arboretum, pero contradictorio para un espacio destinado al desahogo del tejido residencial adyacente.

Entendemos que la mejor opción en esta controversia es tratar de corregir la situación de partida. Para ello puede prolongarse el primer tramo de la calle 7B hasta conectarla con la rotonda de la calle 1 creando un nuevo camino de cumbre norte-sur que recorra el linde del parque con el bosque fluvial. Salpicando éste camino  de equipamientos hoteleros y otros servicios con la densidad mínima pero suficiente, podría completarse un perímetro y recorrido activo y cualificado para la totalidad del parque.

El escenario natural que se propone para reproducir en esta zona oeste y central del parque es similar al que encontramos en La Dehesa de la Villa, Casa de Campo o Monte del Pardo, principalmente un lugar para el paseo y el contacto más directo y holgado con lo natural.

8 ¤/m2

La pradera [ Sup. 118.523 m2 ]

Estamos convencidos de que es precisamente el espacio vacío, desprogramado, el que  presenta un mayor potencial de generar valor añadido por su capacidad de ser reinventado.

Es grave la carestía que sufrimos de este tipo de equipamientos, de espacios para la imaginación, la participación, la novedad, la sorpresa, la fantasía y, en resumidas cuentas,  el futuro; lugares que, más que ser construidos, es necesario reservar.

En nuestro caso, esta reserva es una enorme caldera bordeada por un camino que reúne todos los recorridos del parque en un circuito deportivo y panorámico desde el que descender suavemente hasta

60 ¤/m2 (+540* ¤/m2)

El lago [ Sup. 33.528 m2 ]

La ampliación de nuestras ciudades se produce, en la mayoría de los casos y en éste también, sustituyendo las condiciones originales de topografía, geología, hidrología o ecología, por otras nuevas y sin continuidad con las anteriores. Por esto, consideramos conveniente superar la tentación de rescatar el “estado original” de un paisaje natural que, en el mejor de los casos, quedaría violentamente encapsulado.

En lugar de esa estrategia, optamos por rediseñar el acontecimiento natural, en el sentido de amplificarlo física y funcionalmente para favorecer su integración  en el tejido urbano que lo ha engullido.

El acontecimiento natural es, en este caso, la presencia estacional de agua, y el diseño que permite su reinterpretación se apoya en dos intervenciones:

  1. Corregir la topografía para mejorar la ubicación y capacidad del embalsamiento de agua de liderar el carácter del paisaje
  2. Revisar las condiciones materiales, perceptivas y programáticas del propio fenómeno, para lo cual proponemos, a su vez, dos alternativas:

a) la que aparece representada gráficamente en esta propuesta, es la de transformar el lago en un equipamiento altamente mejorado en favor del uso humano activo:  playa + baño en verano; baño en agua caliente + pista de patinaje + playa de arena caliente y seca, en invierno

b) y la segunda, no representada gráficamente en esta propuesta pero también posible, pondría el énfasis en la contemplación del carácter fluctuante del fenómeno natural, como atractivo suficiente desprovisto de otros usos.

La primera opción propone que el interior del parque incluya un uso lúdico atractivo para el resto de la ciudad, del mismo modo que el borde del parque responde a las necesidades cotidianas del barrio. El coste de la creación de esta instalación extra (el lago como zona de baño) se explica ligada a la creación de los equipamientos hoteleros en el borde oeste del parque.

Esquema de accesos y conexiones